Chicos, les dejo un texto sumamente completo que abarca el conflicto objetividad/subjetividad desde muchas fuentes y voces calificadas. Es un poco largo, lo sé, pero no desesperen, es sumamente ameno y se lee rápido.
Recuerden que sería ideal que todos pudieran tenerlo en papel para trabajar con ellos en clase.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++El periodista tiene como labor
fundamental la construcción de la realidad, su actuar como mediador establece
relaciones entre los hechos y el público, debe conocer los géneros periodísticos
en su totalidad y el lenguaje que debe ser usado en cada uno de ellos, la
redacción debe ser su oficio diario, su compromiso con el público es como
ciudadano y no como cliente; su ética tiene tres principios básicos: el
compromiso con la verdad, la responsabilidad social y la independencia. El que
se entregue a este oficio debe reflexionar sobre la verdad y basar sus
criterios en la fundamentación de ésta.
Si
aceptamos la definición de Miguel Rodrigo Alsina, estamos de acuerdo en que la
noticia no es más que un proceso de construcción de realidades seleccionadas
por determinados actores del proceso informativo o productivo.
¿Imparcialidad
periodística, dónde te encuentras?
Slajov Haskovec, vicedecano
de la Facultad de Periodismo de la
Universidad de Praga, y Jaroslav First, profesor de la misma
institución, en el libro Introducción al trabajo de las Agencias de Noticias,
tratan el tema de la imparcialidad periodística de la siguiente manera:
“Los más claros ejemplos sobre la cuestión ¿imparcialidad sí o no?, están en
los mismos cables que llegan desde diferentes agencias de noticias.
“El punto de vista decisivo es cómo se seleccionan los hechos y citas, y en qué
proporción o contexto se les sitúa.
“¿Cómo se las ingenia un periodista
para lograr un supuestamente verdadero reportaje objetivo?
“Estas son algunas formas sutiles de
inculcar indirectamente opinión:
1.-En primer lugar, la adopción de un
punto de vista, influye en la imagen noticiosa resultante.
2.-La selección y formulación del encabezamiento (lead) de la noticia, atrae
hacia ciertas características cuidadosamente seleccionadas.
3.-El empleo de detalles impresionantes, interesantes, para influir en su
efecto total.
4.-La selección de citas textuales, puede crear un fin específico, y dará
autenticidad en lo sugestivo.
5.-El hábil uso del contraste, la contradicción y la confrontación, entre
hechos y declaraciones. Incisivos puntos de vista y débiles argumentos de
apoyo.
6.-Hechos que no están directamente implicados, pero que son lógicamente
conectados con la temática.
7.-También la selección de los términos descriptivos puede ser un efectivo
método de orientar el efecto de la noticia.
“La impersonalidad en la técnica de
presentación de las noticias, da al público, la impresión del reporte real,
sobrio e imparcial, esto solo garantiza una imagen justa de la realidad y una
adecuada reacción del público”.
Al admitir esto, nos preguntamos:
¿Qué hay entonces de la objetividad del trabajo informativo? ¿Qué pasa con la
veracidad en el reporte de noticias? ¿Es posible el logro de la objetividad?
Luis Núñez Ladevéze, catedrático de
Periodismo, en su ensayo: Sobre el manido tema de la imparcialidad informativa,
escribe: “La realidad es que la pretendida objetividad, no es más que un asunto
de aplicación de reglas profesionales de carácter deontológico, que se han ido
elaborando en la propia actividad periodística, con el fin de asegurar al
lector esa diferencia entre la obligación del periodista de ser imparcial y la
dificultad de alcanzar en la práctica esa imparcialidad deseable”.
Más adelante, este mismo profesor
señala que “es frecuente confundir a la imparcialidad con la asepsia”, que es
donde el periodista actúa de manera neutral, fría, sin pasión. Y agrega: “el
problema estriba en que la información no es imparcial”.
Por otra parte, Núñez Ladevéze,
parafrasea un adagio francés que dice: “las noticias son buenas o malas”, y
añade que siempre van impregnadas de la intencionalidad humana, por eso no son
imparciales. Luego se pregunta: “¿y de qué modo se puede ser imparcial ante
algo que no lo es?” A lo que responde: “no se es imparcial si no se llaman a
las cosas por su nombre”.
Hace un tiempo, el redactor de este
trabajo apremiado por el cierre del mismo, preguntó a la joven periodista Alina
Perera lo siguiente: ¿Cree usted que el Periodismo es objetivo e imparcial?, a
lo que, la también osada reportera de Juventud Rebelde, respondió:
“Partamos de la siguiente certeza: el
periodismo es una actividad humana. Es decir, pasa por la subjetividad de quien
lo realiza. De modo que —sin hablar ya de cómo sucede en un escenario socio-político
específico—, la profesión que nos ocupa persigue, desmonta y refleja
determinadas verdades, o las falsea, o las fabrica, según las intenciones de
sus artífices, a quienes, por mucho que se esfuercen, les resultará imposible
ser imparciales, mucho menos ahora, cuando los telones de fondo son tal
convulsos y el mundo está polarizado como nunca antes, con los victimarios de
un lado y las víctimas del otro.
Continuó: “El periodismo es un arma
de largo alcance. Las palabras son proyectiles que solo los necios se
atreverían a subestimar. Con su poder pueden ser defendidas las mejores… o las
peores causas. Y en dependencia de uno u otro afán, se seleccionan los temas,
se manejan las estadísticas, se deslizan las imágenes, se ponderan las
principales ideas, se silencian otras, se escogen los términos. Una cifra puede
ser un elemento objetivo, pero ella se encofra, sutilmente, en un discurso que
tiene bien claro, desde la primera letra, a qué horizontes apunta, y hasta
dónde llegar.
Y para terminar su repuesta, añadió:
“En fin, estoy convencida de que la imparcialidad y la objetividad son mitos,
espejismos. Hay una anécdota que cierta vez escuché contar a Ricardo Alarcón de
Quesada, la cual ilustra muy bien el asunto que nos ocupa: poniendo los pies en
suelo norteamericano, la prensa fue a su encuentro con mucha avidez, y con las
preguntas harto conocidas que los grandes medios suelen hacer sobre la Isla.
Ante sus ojos se encendieron las luces de las cámaras, se aprestaron los
micrófonos, y cuál no sería su sorpresa cuando, al comenzar a hablar sobre los
cinco cubanos injustamente confinados en cárceles norteamericanas, las luces se
apagaron, y algunos micrófonos fueron cerrados. Sencillamente ese no era un
tema que interesara a la prensa. ¿Por dónde andarían de paseo esas señoras
llamadas Objetividad e Imparcialidad?”
La respuesta a la pregunta de este
epígrafe no ha sido abordada en su totalidad, pero el lector debe convencerse
de que la imparcialidad en el periodismo es como el agua en el desierto:
escasea.
Objetividad
vs. Subjetividad. Intersubjetividad
En su “Diccionario general de
periodismo”, José Martínez de Souza, bibliólogo, tipógrafo, ortógrafo,
ortotipógrafo y lexicógrafo español que actualmente es presidente de honor de
la Asociación Española de Bibliología (AEB), sostiene que las cualidades de una
agencia de noticias son “urgencia, objetividad y servicio completo” y define a
la Objetividad como una “cualidad de la información realmente imposible de
conseguir, refleja los hechos tal cual son, sin aditamentos de opiniones
personales”.
Miguel Rodrigo Alsina opina: “El
concepto de la objetividad periodística, a pesar de las múltiples críticas que
ha recibido, sigue siendo uno de los elementos claves para comprender la
ideología que sostiene el modelo liberal de la prensa”.
El manual de estilo de la agencia
francesa France Press (AFP) proclama: “Sea usted objetivo. No opine. No
juzgue. Proporcione información”. Víctor Ego Ducrot, periodista, escritor y
profesor argentino, cree que estos dichos del manual de estilo de la agencia
francesa no pasan de representar una aplicación automática del “only facts” de
la prensa anglosajona, sector dominante dentro del periodismo del bloque de
poder, no sólo porque expresa el mayor nivel de concentración empresaria sino
porque se expresa en inglés, la consecuente lengua dominante.
Desde la década del setenta se han
venido realizando varios estudios sobre la apariencia de la objetividad y
la imparcialidad. Muchos indican que la rutinización productiva y las
ideologías profesionales agregan distorsiones involuntarias al relato sobre los
hechos noticiables.
Victor Ego Ducrot, quien dirige
también la Agencia Periodística del Mercosur (APM), menciona a un corresponsal
de la agencia estadounidense Associated Press (AP) en Washington, quien
escribió: “mi trabajo es comunicar hechos, las instrucciones que me dan
no me permiten hacer comentario alguno sobre los hechos que comunico. Mis despachos
son enviados a periódicos de las más distintas orientaciones políticas. Me
limitan a lo que se consideran noticias válidas. La Objetividad estimula una
honrada búsqueda de la verdad de los hechos, impone restricciones a dueños y
directores”.
Esto demuestra que la objetividad es
una verdad que se queda sólo en la teoría, no sobrepasa los límites de los
teóricos, nunca llega a la práctica. La periodista de Radio Taíno, Marlene
Esterellas, dice que tiene un amigo peruano, freelancer, quien, antes de elaborar
cualquier trabajo, primero pregunta: ¿A favor o en contra?
Estos dos testimonios demuestran la
responsabilidad que tiene cada periodista con un medio y el nivel de aceptación
que tienen los sistemas informativos con diferentes noticias. La objetividad en
estos casos queda en un segundo plano.
El jefe de Redacción del periódico El
Habanero, Raúl San Miguel, opina que la objetividad depende de la fidelidad de
los datos. En una entrevista realizada por el autor de este trabajo a este
periodista y escritor, dijo: “En el periodismo se trabaja sobre el esquema
Fuente-Puente (periodista)-Receptor. Se expresan ideas a través de códigos en
los que influye la cultura, la experiencia y la posición política o social.
Cuando el periodista asume la información, la prepara para transmitirla en un
lenguaje coherente. La noticia pierde o gana veracidad por sí sola, el público
es el que decide. El quid de la objetividad está en que cada observador tiene
una visión”.
A esta intervención se le puede
añadir que es necesario explicar y contar verazmente para que la gente atienda
a lo que se quiere decir. Hay que recordar que la verdad duele más cuando “se
canta”, o sea, cuando se dice sin miedo. El periodista debe estar preparado en
ese sentido.
El mismo Ego Ducrot señala que en
el libro “Ética para periodistas”, de
María Teresa Herrán (TM Editores, Bogotá,
1995) se afirma que “la discusión
sobre Objetividad, bien puede volverse un
circunloquio tan estéril como tratar de
definir el sexo de los ángeles, por
tener como punto de referencia conceptos
absolutos. Es obvio que nadie puede ser
absolutamente Objetivo (…) la mejor forma de subsanar este problema pasa por la
buena fe en la búsqueda de los
hechos materiales de información noticiosa. La
buena fe es un valor moral (…).
Esa exigencia moral hacia la Objetividad en
realidad supone la obligación Subjetiva de esforzarse en el estudio lo más
completo posible de todos los factores que concurren al hecho que se transmite”.
Ducrot, en su artículo “Objetividad o
Subjetividad: mito del periodismo hegemónico”, dice que “fue Jorge Ricardo
Masetti, fundador y primer director de la Agencia Prensa Latina
quien a principios de la década del ´60 y en el marco de los originales aportes
hechos por la Revolución Cubana al
periodismo de nuestra región, comenzó a acercarse al corazón
de nuestro debate. En varias de sus
intervenciones y escritos de la época sostuvo que el periodista no
puede ser imparcial, que siempre, lo quiera o no lo quiera, lo sepa o no lo
sepa, el periodista toma partido, se identifica con uno de los
elementos de la ecuación social, económica
o política que caracterizan a determinado escenario
informativo”.
En ese mismo sentido, Gabriel
Galdón López en: “Desinformación: métodos,
aspectos y soluciones” (EUNSA, Universidad de
Navarra, 1994), afirma que “la neutralidad es imposible, el
periodismo de la objetividad nace en el marco del positivismo y, en general, de
la modernidad como cultura dominante y configuradora de la sociedad”.
En filosofía, lo objetivo pertenece a
la naturaleza de los objetos. El filósofo alemán Inmanuel Kant postula en
Crítica de la razón práctica (1788) que “lo objetivo es aquello que es válido
por la voluntad de cualquier ser razonable”.
Los idealistas consideran que la
verdad es subjetiva, que depende del hombre, quien determina la veracidad de
sus conocimientos, sin tomar en cuenta la situación real de las cosas. El
filósofo griego Protágoras, de la Antigüedad, expresó su concepción idealista
de la verdad: “El hombre es la medida de todas las cosas”.
El materialismo dialéctico se opone
al idealismo y afirma que la realidad es objetiva. Como la verdad refleja el
mundo existente objetivamente, su contenido no depende de la conciencia del
hombre. Para ellos no existen verdades abstractas, la verdad siempre es
concreta.
El periodista veterano de mil
batallas, Ryszard Kapuscinski, agudo observador de la realidad, expone de
esta manera en su libro Los Cinco Sentidos del Periodista: “Siento que esta
teoría llamada objetividad es totalmente falsa y produce textos fríos, muertos,
que no convencen a nadie. Yo soy partidario de escribir con pasión. Cuanta más
emoción, mejor para el lector. No tengo dudas sobre esto: los mejores textos
periodísticos han sido escritos con pasión, transmiten que uno está
verdaderamente vinculado y metido en el asunto del cual escribe. La emoción da
fuerza al texto”.
Este autor polaco afirma también que
“estamos viviendo en un mundo muy contradictorio, de muchas
desigualdades e injusticias y por lo tanto no se puede
ser una persona con objetividad. Los
que relatan sin ninguna actitud son los
que trabajan con eso que se llama
objetividad. Por el otro lado, estamos tratando
de cambiar algo, de mejorar la
situación, de estar donde tenemos que estar.
Queremos tratar de mostrar el mundo y de escribir sobre el mundo para que
nuestros lectores u oyentes despierten su
conciencia y tengan una actitud de cambio.
Creo que hay una falsa interpretación
de la tradición anglosajona de la objetividad”.
En el texto Cuestión de Estilo, el
Premio Nacional de Periodismo, Luis Sexto, dice que la objetividad se basa en
un interés de decir con la mayor claridad posible, sin asideros para otra
interpretación que no sea la que se desprende de palabras expuestas
desnudamente.
Entonces, se es objetivo en todo
género periodístico que razone con seriedad, con argumentos sobre el fragmento
de la realidad convertido en objeto de la reflexión y se es subjetivo en tanto
se proponga un criterio individual o grupal desde la óptica personal de quien
lo escribe, desde la subjetividad del periodista y desde los recursos léxicos
utilizados para expresarla.
La ciencia moderna nació negando la
subjetividad, opina Victor Ego Ducrot sobre este tema.
El problema de la subjetividad como
fuente de recursos para el cambio social fue seguido por Gramsci desde una
mirada más compleja.
Subjetividad: individualidad.
Carácter específico de una persona. Así es como expresa el diccionario de la
lengua española el mencionado concepto.
Antonio Álvarez Pitaluga, en su
ensayo: La Subjetividad en la narrativa histórica, dice: “La subjetividad es la
capacidad mental e intelectual del ser humano para crear y recrear su memoria
individual o colectiva. Es un proceso de permanente elaboración y reelaboración
donde las experiencias pasadas y presentes, el contexto época, la educación
familiar y académica, son determinantes. Funciona mediante una construcción
mental, de formas voluntarias e involuntarias, conscientes o inconscientes,
para imaginar y producir un determinado universo cognoscitivo”.
Hay que recordar que la información
se recibe desde la versión creada por el periodista. La noticia no la crea de
su imaginación, sino de una fuente con cierto nivel de credibilidad. El
periodismo, como práctica, logra más la construcción y difusión de la realidad
que el reflejo de la misma, que es lo que persigue en la teoría y lo que exigen
los principios internacionales de esta profesión.
En el mencionado libro Cuestión de
Estilo, aparece la siguiente sentencia: La sustancia del texto implica, exige,
una urdimbre compuesta por una cuota de carnalidad, imbricación subjetiva, para
intentar apresar la atención del lector, aspiración suprema de la técnica y el
estilo del periodismo. (…) Lo esencial es comprender que nada, en el ejercicio
de la comunicación periodística, se entrega gratuitamente, ni se recibe por añadidura.
Rodrigo Alsina plantea que la
subjetividad del periodista se ve reflejada durante el proceso de producción
noticiosa y ello se evidencia por:
-La jerarquización y tematización de
los contenidos por parte de los medios.
-La selección de las fuentes (si por ejemplo, siempre se emplean las mismas
excluyendo a otras posibles).
-El ángulo para explicar el acontecimiento cuando los referentes no están
consensuados.
-El sesgo retórico en la organización de los materiales brutos de una noticia
por razonamientos por inferencias o relacionando diferentes aspectos de un
acontecimiento.
Para la epistemología (teoría del
conocimiento) y la metodología de la ciencia, especialmente en las ciencias
sociales, como la historiografía, la reflexión sobre la posibilidad o
imposibilidad de un enfoque objetivo lleva a la necesidad de superar la
oposición entre objetividad (la de una inexistente ciencia “pura” que no se
contamine con el científico) y subjetividad (implicada en los intereses,
ideología y limitaciones de éste) con el concepto de intersubjetividad, que
obliga a considerar la tarea del científico como un producto social,
inseparable del resto de la cultura humana, en diálogo con los demás
científicos y con la sociedad entera.
¿Existe
estilo para la objetividad?
En la redacción correcta y objetiva
no se pretende lograr arte. Pero para conseguir la objetividad, hay que saber
escribir con claridad, concisión, sencillez y naturalidad.
La supresión estilística del
periodista en la noticia que está dando, o sea, eliminar el yo o cualquier otro
indicio de subjetividad, algún comentario que este quiera hacer sobre lo que
escribe, ayuda a proyectar reglas y principios estilísticos.
“El estilo noticioso está diseñado
para lograr la impresión de una perfecta proximidad en la mente del lector, la
impresión de un carácter absolutamente real del contenido noticioso y de su
imparcialidad”, opina Slajov Haskovec, en el libro Introducción al trabajo de
las Agencias de Noticias, sobre el estilo de la noticias para lograr la
objetividad.
Este mismo autor añade: “Se
dice que la limitación de los hechos
garantiza la Objetividad (…) Aunque se abstenga
de formular opiniones personales, todo corresponsal
está inevitablemente bajo la influencia de valores prevalecientes en el
medio ambiente en el que ha crecido o se lo ha educado, de las instrucciones
que le da su jefe de redacción y de
la política que sigue el editor (…) La
idea de que hoy una actividad informativa
ideal que no hace más que registrar
hechos en forma Imparcial, es insostenible (…) El
periodismo objetivista impide el saber
sobre la realidad, y, por tanto, el esfuerzo documental imprescindible
para el logro de ese saber”.
Este autor también propone algunas
normas estilísticas para lograr en la técnica práctica la noticia imparcial:
1.-Queda prohibido el uso de la
primera persona gramatical (yo), con excepción de la cita directa de la fuente.
Esto causa la impresión de presencia de la individualidad del reportero.
2.-No se deben incluir comentarios de ningún tipo en la redacción de noticias.
3.-La opinión solo se incluye siempre que sea atribuida a una fuente.
4.-Cuando se informa sobre casos polémicos, conflictos, contradicciones de
intereses, se debe reportar ambas partes, citándolas a ambas si es posible.
5.-Las opiniones o declaraciones, deben reportarse de manera que no haya
prejuicios ostensibles a favor o en contra.
Por su parte, Gonzalo Martín Vivaldi,
dice que “el estilo es objetivo cuando el escritor se olvida de sí mismo y
procura dar al lector una versión exacta de las cosas. Su contrario es el
subjetivismo, seguida proyección del escritor en la mente del lector. Para ser
un autor objetivo hay que decir lo que son las cosas, en cambio el subjetivista
expone su parecer, lo que él cree que son las cosas”.
Y agrega: “La objetividad en el
estilo se logra a través de lo que se llama estilo directo, de gran valor en la
descripción y la información escueta, también en el estilo periodístico. Al
escribir directamente el lector no se percata de la existencia de un autor, lo
que siente es lo que se ha querido narrar, describir o fijar. Algunos autores
creen que este procedimiento tiene más fuerza expresiva y que al lector se le
graba con más facilidad lo que se quiere decir, que no es más que una impresión
de algo que está sucediendo como realidad concreta.
“Las sensaciones no se explican, se
muestran, ya que son parte del mundo interior del que escribe. El lector actúa
como espectador de lo que se está contando”.
A
continuación se ejemplifica cómo fue tratada la noticia sobre la aprobación del
Plan Bush, en los diferentes periódicos de la prensa española. Este trabajo fue
etiquetado en el blog: ¿Objetividad Periodística? Lo que la empresa manipuló y
lo que no tuvo invento, ubicado en WordPress.com., el cual se encarga de
presentar informaciones con la visión de diferentes periódicos y agencias
informativas. Este análisis apareció en el blog el sábado 4 de octubre de 2008.
Fíjense en los siguientes Lead:
El País: “EE UU alivia la crisis
mundial al aprobar su plan de rescate”.
El Mundo: “TERREMOTO FINANCIERO / La
mayoría del Congreso vence al rechazo de los republicanos y da luz verde al plan
de reflotamiento del sistema financiero / Bush sanciona la ley de inmediato y
se retira a descansar a Texas”.
La Razón: “El Congreso aprueba el
plan de rescate financiero de Bush”.
ABC: “El
Congreso de EE.UU. aprueba el plan de rescate ante una crisis sin
control”.
Público: “A la segunda fue la
vencida: se aprueba el plan de Bush. Los demócratas salvan el proyecto de
rescate financiero, que costará 850.000 millones de dólares”.
Entonces ¿es posible o no lograrla?
Luz Solano es una periodista
venezolana que está al frente de un proyecto para mejorar el futuro de los
comunicadores sociales. Ella y su equipo sacaron a la palestra una revista que
lleva por nombre “Entorno VIP”. La publicación tiene circulación en tres
estados de Venezuela de manera gratuita y ofrece información fresca a la
población de diversos tópicos como la cultura y la tecnología, el deporte,
cine, estilo y belleza, turismo, perfiles gerenciales y tips corporativos donde
el protagonista podrá ser cualquier persona que forme parte del proceso
productivo del país.
Estas son
algunas de sus declaraciones respectos al órgano y a su manera de presentar las
noticias, utilizando la objetividad y la imparcialidad. Las afirmaciones
siguientes aparecieron en un artículo titulado: Luz Solano “la objetividad
periodística es una panacea”, de la revista www.magazine.com.ve,
en su edición número 146, el sábado 25 de julio de 2009.
“Siempre hay cosas buenas que
informar. Nuestra profesión está en el ojo del huracán, pero somos nosotros
quienes nos debemos dar nuestro puesto y valía, ya que el mayor enemigo de
nosotros somos nosotros mismos, no nos gusta ver ojo bonito en cara ajena, y a
veces como gremio estamos desunidos, y llegó el tiempo de unirnos”, comenzó
diciendo Luz Solano.
“Si algo no podemos negar como
profesionales de los medios es que siempre hemos tenido la política editorial
por encima de nosotros y en algún momento esa tan famosa objetividad se
convierte en una panacea (remedio medicina, poción, pósima), yo tengo muchos
años en el medio y a los nuevos jóvenes periodistas se los digo, uno debe
tratar de ser ético y legal cuando escribimos pero si no nos gusta algo tenemos
la libertad de irnos, yo lo hice una vez en una empresa en la cual llevaba seis
años trabajando”, acotó Solano.
En Caracas, según acotó Luz Solano,
el divismo es un mosquito que pica durísimo a las nuevas generaciones de
comunicadores, y que en las corresponsalías se ve mucho menos, sobre todo
cuando se trabaja en provincia: “Yo lo he vivido muchísimo, cuando trabajé en
el diario El Mundo y llegaba a un sitio de noticia los corresponsales de otros
medios jamás me ofrecían su ayudan, ya cuando salí de la capital vi que la
solidaridad entre compañeros es mayor y ese debe ser el norte, todos somos uno
y hoy estamos pero mañana no sabemos, los divismos son tontos, fíjate
precisamente en la revista número uno nuestra portada fue Daniel Sarcos, ya que
de todas las llamadas que hicimos para buscar una figura nacional él fue el
único que no puso tantos reparos y que además nos facilitó la fotografía, así
debe ser la gente, así debemos ser nosotros así que el día del periodista
se celebró en una situación muy especial, y aunque muchos opinaran que no había
nada que celebrar pienso que sí se puede al menos alabar que seguimos
realizando una excelente labor que no debe ser otra que informar a las
comunidades”. (sic)
Slajov Haskovec concluye: “El
concepto de absoluta objetividad es falso e irreal”. A lo que podemos añadir
que cada periodista responde a una organización social o medio informativo, su
enfoque está influenciado por el partido que milita, además, posee sus propias
opiniones y creencias.
Debemos puntualizar que no es lo
mismo objetividad que reflejo de la exacta realidad, y esto, los reporteros
noticiosos equilibrados lo saben distinguir muy bien. Lo primero, es un
concepto partícipe de la teoría del periodismo; lo segundo, es el reportero
viviendo, observando o enterándose, gracias a una fuente o a través de su
propia experiencia del hecho.
Todas las fuentes deben ser citadas y
manejadas con exactitud, la evaluación que haga el periodista de las
declaraciones, no debe mezclarlas con su opinión de redactor.
Los fotorreporteros también tienen
ese problema, a veces no pueden mezclar lo artístico de la fotografía con la
política editorial del periódico donde labora. Al respecto, el fotógrafo Julio
Julián González, del periódico El Habanero, dice: “A veces mis fotografías se
ven desde el punto de vista político. Los mismos editores escogen la foto de
más interés para el periódico. La opinión del artista-fotógrafo queda en un
segundo plano. Lo menos importante es el valor artístico de la pieza, el
impacto que puede tener en el punto de vista de la gente. Una foto por sí sola
dice mucho. El periodista entrega su trabajo con una referencia personal, la
dependencia está en que si toman o no la opinión de éste”.
El propio Slajov Haskovec, agrega a
su conclusión: “La objetividad es alcanzable y deseable, puede formar incluso
una indispensable y sólida base para obtener un tratamiento más partidista en
los medios”.
Algunas
conclusiones
El periodismo se diferencia de la
literatura en que es un oficio público y no privado. Los que estudian y ejercen
esta profesión deben escribir pensando en sus lectores, radioescuchas o
televidentes. La voz personal que existió en algún momento marca la pauta del
trabajo periodístico, identifica al periodista y lo diferencia de sus colegas.
Es imposible ser 100% objetivo. Siempre la historia, aunque se cuente de la
manera más neutral, tendrá impreso el sello personal.
Rodrigo Alsina, basándose en
investigaciones de Kline (1982), plantea que “la objetividad es un concepto
social distinto según sean la culturas estudiadas”.
Hablar de objetividad en el ejercicio
del periodismo actual es hablar de millones de personas captando una
información, procesándola y pensando exactamente lo mismo, cosa que es
realmente imposible.
Hoy día los comunicadores tienen la
tarea de llevar la información de una manera veraz, directa y fresca ya que
todos deben tener siempre la verdad como bandera y mantener la imparcialidad
–como ha sido desglosada en este trabajo- en todo hecho informativo.
La objetividad absoluta no “siempre”
es posible en la práctica, pero tiene que haber una objetividad o reflejo de la
realidad mínima e indispensable para que el informador se considere éticamente
con derecho a informar.
Además, Rodrigo Alsina considera como
causa de la falta de objetividad no solo el modelo en general del sistema
informativo, sino también la producción específica de la noticia y la actividad
del periodista, la cual se resume en esa elaboración de reportes.
La objetividad en muchos manuales
anglosajones se presenta como un concepto de clases. Los grandes medios emiten
comerciales y responden a corporaciones, resguardándose en una supuesta
objetividad, creada por ellos mismos. Quieren decirle a la gente “vamos a ver
todo parejo”, pero nunca se ve todo parejo.
El libro The Elements of Journalism
pone el problema de la objetividad de esta forma: “Al final, el periodismo es
un acto de carácter”.
Gaye Tuchman sugiere en su artículo:
La objetividad como ritual estratégico, que este fenómeno puede verse como
ritual estratégico de protección para los periodistas ante los riesgos de su
actividad profesional, y resuelve, que la objetividad radica en los
procedimientos rutinarios.
Javier Darío Restrepo explica que la
discusión sobre la objetividad es un sofisma de distracción, que impide ver el
papel de la información en la construcción de la democracia. Y termina: “una
información libre es tan necesaria como el agua o el aire para los seres
vivos”.
Abraham Santibáñez, subdirector del
periódico Hoy, de Chile, hace evidente que “la información aspira a ser
objetiva, organizada sobre el clásico modelo de la pirámide invertida”.
La objetividad es una meta deseable
que se apoya en la práctica de buscar la verdad, podemos tratarla incluso como
sinónimo de verdad. Es el ritual estratégico del que depende cada medio.