miércoles, 1 de junio de 2016

Una reseña de "Romeo y Julieta de bolsillo"

Hace unos días, los chicos fueron a ver una divertidísima obra: "Romeo y Julieta de bolsillo". La versión libre del clásico de Shakespeare sube a escena en el Teatro Payro y está dirigida a toda la familia. Todos volvieron muy entusiasmados por la experiencia y la propuesta de escribir un comentario o una reseña  salió de ellos mismos. Porque este Taller, si bien tiene sus contenidos programados, está abierto a las inquietudes de todos los alumnos y de sus ganas de expresar lo que sientan. 
A continuación, una de las reseñas que mejor refleja la obra y sus puntos fuertes. 
(La imagen se puede agrandar para leer mejor)
Es de nuestra gran alumna Micaela Waisgold =)


    


viernes, 20 de mayo de 2016

Los Simpsons "Noticias engañosas"


Estuvimos viendo con los chicos un capítulo muy bueno de Los Simpsons llamado "Noticias engañosas". Este es un buen modo de relatar lo que sucede con los monopolios informativos y la libertad de expresión en nuestras sociedades actuales. 

"Noticias engañosas" es un episodio perteneciente a la decimoquinta temporada de la serie animada “Los Simpson”, emitido por primera vez en Estados Unidos el 23 de mayo de 2004. 

El episodio comienza cuando en Springfield Mr. Burns quiere mejorar su imagen comprando todos los medios de comunicación. Lisa tiene su propio periódico, “El vestido rojo” último bastión anti-burns que queda ante la compra de todos los espacios informativos y de entretenimiento por parte del magnate quien busca mejorar su imagen ante la evidencia de que no es bien visto en la comunidad. Ante las amenazas, argucias e intentos de compra de su periódico, Lisa continúa editando su periódico hasta el límite insostenible del corte de luz de su casa por parte de Burns. Su última publicación “me rindo”, insta a su padre y a todos los habitantes a generar sus propias publicaciones.

Este episodio contiene algunas metáforas, emitidas como diálogos de los personajes que resultan interesantes para analizar las consecuencias de la concentración y los monopolios informativos.

“-Se como cambiar la forma que el publico piensa de mí. Compraré todos los medios de difusión.” (Mr.Burns)
“-Es hora de ganarse el aprecio de esos detestables imbéciles. Primer paso: formar un imperio de medios.” (Mr.Burns)

“-Esta noche en confrontación debatiré con el maldito espíritu del cine “buperella” sobre el tema de nuestro nuevo jefe C.Montgomery Burns. Mi opinión es que es un gran líder y un aguerrido ciudadano. Creo que tendremos que estar de acuerdo en esto”(conductor de televisión que en emisiones anteriores lo detestaba)

“Burns es dueño de todo, tengo que actuar antes de que sea tarde” (Lisa Simpson)

“Me indigna. ¿Desde cuándo las figuras públicas somos blanco de la sátira?” (Mr.Burns, leyendo el periódico de Lisa con ilustraciones de Burt)

“Lisa, me hiciste darme cuenta de la importancia de los medios libres e independientes. Así que imprimí mi propio periódico” (Bartney)

“No ves Lisa, en lugar de una persona importante que controla todos los medios ahora hay mil locos fotocopiando sus opiniones sin valor” (Homero Simpson)

SI LO QUIEREN VER DEJO EL CAPÍTULO ACÁ ABAJO

miércoles, 20 de abril de 2016

"Para ser Periodista", por Roberto Arlt


Hola chicos, les dejó esta columna de un gran autor argentino llamado Roberto Arlt que además de publicar cuentos, novelas y obras de teatro, trabajó como periodista en el diario El mundo. Allí, sus Aguafuertes Porteñas (una serie de columnas costumbristas con tono popular y jocoso) terminaron siendo el principal motivo de consumo de esas grandes tiradas.
En esta se ocupa de la profesión del periodista desde un lugar poco académico. Sus palabras parecen muy actuales y sin embargo esta Aguafuerte fue publicada en 1929... 
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"Para ser un buen periodista"

No me refiero a los buenos periodistas, que son escasos; me refiero a las condiciones que se necesitan para improvisarse un mal periodista como los que abundan, por desgracia, en nuestro país.

La figura del autor
1ra condición: Ser un perfecto desvergonzado.
2da condición: Saber apenas leer y escribir.
3ra condición: Una audacia a toda prueba y una incompetencia asombrosa. Eso le permite ocuparse de cualquier asunto, aunque no lo conozco ni por las tapas. 

Satisfechas estas condiciones, usted puede triunfar, es decir, convertirse en uno de esos perdularios de cara patibularia que lleva a la cola un fotógrafo desencuadernado y que, en cuanto suceso ocurre en la calle, hacen acto de presencia entre la admiración de la gente que cree que los periodistas se lavan la cara y “son personas preparadas”.

De más está decirte, estimado consultor, que la sociología no sirve absolutamente para nada en la profesión de mal periodista. Ni tampoco los dos años de Nacional. Ya ve usted que no puede pasar de tercer grado…

Lo que usted quiere es un empleo

Usted no quiere ser periodista; lo que pretende es un empleo en un diario, y tiene razón en poseer esas ambiciones, porque en la mayoría de los diarios abundan como las moscas negras los empleados, y escasean como las moscas blancas, los periodistas. Dedicarse al periodismo por vocación y porque, en realidad, se poseen cualidades para ellos, está bien, pero muy bien. Mas es el caso que el gran porcentaje de la gente empleada en los diarios está en ellos por la necesidad de ganarse unos pesos; nada más. Así llegan al periodismo infinidad de individuos que no tienen cabida en otra parte ni sirven para nada. Cuando un individuo se da cuenta de su insuficiencia para toda actividad, exclama con un tupé desconcertante: “Me voy a dedicar al periodismo”.
Es fabulosa la cifra o porcentaje de cuadrúpedos que se encuentre en esta profesión.

Uno no sabe si indignarse o reírse, pero de hecho, comienza por admitir que si uno se pudiera convertir en un Mussolini, lo primero que haría era mandar a la cárcel a cuanto individuo se dijera periodista. ¿Usted se acuerda de la historia del “Buen Mozo” de Guy de Maupassant? Es la historia del noventa y cinco por ciento de las personas empleadas en los diarios. Un individuo que se encuentra en la vía y tiene que dedicarse a robar o al asalto en banda, tropieza con un amigo y el amigo se lleva las manos a la cabeza, indignado de ver a un hombre que se ahoga en un vaso de agua. Y exclama:

– Pero ¿por qué no te dedicas al periodismo?
– Pero si no sé escribir – contesta Buen Mozo
– ¿Quién te ha dicho que para ser buen periodista hay que saber escribir?
Y Buen Mozo se convierte en periodista. 

Oficio para vagos

Un periodista en la década del 20´
El periodismo, así entendido, es un oficio para vagos y para audaces. Recuerdo (yo he sido periodista) que en la profesión he conocido tipos formidables. Inclasificables. Usted no sabía qué pensar de ellos, si habían cursado un bachillerato especial en la leonera (cárcel), o de dónde salían. Me acuerdo de uno, que en cuanto crimen se cometía, lo primero que hacía al llegar “al lugar del suceso”era revisarle los bolsillos al muerto. Tenía una habilidad magistral para ese trabajo. He conocido a otro que se hacía seguir por un atorrante de menor cuantía y, lugar adonde llegaba y al cual estaba prohibida la entrada, exclamaba mi tipo al introducirse: “Déjelo entrar, es mi secretario”. La gente lo confundía con el juez, y creo que hasta era carterista o lancero (ladrón en los colectivos, en lunfardo) de bondi. Más tarde supe que había sufrido persecución de la justicia.

Sin embargo, estos individuos que nos merecen un desprecio cordial son útiles en ciertas formas de las muchas actividades que reviste el periodismo subalterno. Es decir, insustituibles.

El buen periodista

El buen periodista es un elemento escaso en nuestro país, porque para ser un buen periodista es necesario ser buen escritor. En Europa encontramos que el periodismo cuenta en sus filas con los mejores literatos, políticos, figuras científicas… En fin, si es dado dirigirse al público cuando se han demostrado condiciones de superioridad mental; y no hay ministro de Estado que previamente no se haya dado a conocer como colaborador de algún diario.

Se me argüirá que aquí podría ocurrir lo mismo; pero lo grave está en casi todos nuestros políticos, apenas si saben leer y escribir; y nuestros escritores… Pero ¡yo soy un individuo sensible! No, no voy a hablar mal; no quiero hablar mal porque no pasa un solo día sin que algunos de los que pretenden conocerme exclame:

-¡Este tío está cada vez más envenenado!

Y lo curioso es que yo soy un tío cordial y optimista.


Aguafuertes Porteñas por Roberto Arlt
31 de diciembre de 1929

viernes, 8 de abril de 2016

Los géneros periodísticos

Los géneros periodísticos podemos definirlos según J.L Martínez Albertos, como "aquellas modalidades de la creación literaria concebidas como vehículos aptos para realizar una estricta información de actualidad (Periodismo) y que están destinadas a canalizarse a través de la Prensa escrita". 
En general, podemos decir que los géneros periodísticos guardan una estrecha relación con el objetivo final del comunicador. Estos objetivos pueden ser tanto informar, como interpretar (opinar) o, simplemente, entretener.
Podemos ver en este cuadro cómo se subdividen: 

viernes, 1 de abril de 2016

¿Existe la objetividad periodística?


Chicos, les dejo otro texto que complementa el de Eco y también habla sobre la objetividad en el periodismo. Sería genial que lo impriman porque lo vamos a trabajar en clase (ambos grupos). 
Por favor, léanlo y durante el sábado o domingo posiblemente suba uno más (estén atentos) ¡Que tengan un hermoso fin de semana! 
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La función del periodista se basa, en principio, en la selección de acontecimientos que se consideren periodísticamente importantes. A partir de este punto se considera que la objetividad no sólo depende del objeto y del sujeto, sino también del proceso de producción del conocimiento. El periodista es el enlace del conocimiento de los médicos, economistas, científicos y políticos con el ciudadano, cabiéndole un rol social legitimado en la transmisión del saber cotidiano y como traductor del saber de los especialistas para todo el público.

Ahora bien, en principio la corriente del “nuevo periodismo” ha puesto en crisis la distinción entre ficción y realidad. Los periodistas desarrollan, en muchos casos, hechos en los que no estuvieron presentes y los relatan como si hubiesen asistido a ellos.

Este fenómeno genuinamente norteamericano tiene sus comienzos en la década del 70 donde, en la estructura narrativa, lo anecdótico se convierte en lo real y los pequeños hechos dan su lugar a los grandes acontecimientos. En lo cotidiano, la imaginación comienza a tener importancia periodística y la realidad se confunde con la ficción. Es curioso observar en las redacciones como se da el cuestionamiento entre los periodistas sobre su propio trabajo y la posible falta de objetividad en el mismo. Ante esta situación los periodistas establecen una serie de estrategias para sostener la objetividad de su narración, la posible censura y la crítica de sus jefes. El uso de comillas, muchas veces, pone el texto en boca de otro para afirmar hipótesis personales. Se presentan en primer lugar los hechos esenciales y luego los comentarios.

La “objetividad” es utilizada como ritual estratégico para la defensa reforzando la convicción de que los “hechos hablan por sí mismo” introduciendo la opinión del periodista haciéndole creer al público que el análisis de la noticia es importante y definitorio. La objetividad sería distinguir y separar la noticia del comentario, recordemos que en el modelo de periodismo liberal-burgués “los hechos son sagrados; el comentario es libre”.

La objetividad promueve la descripción de los principales hechos desconectados de las relaciones de clase en que se dan. Según Gouldner “El objetivismo es un discurso que carece de carácter reflexivo; enfoca unilateralmente el “objeto”, pero oculta al “sujeto” hablante para quien es un objeto; así el objetivismo ignora el modo en que el objeto mencionado depende, en parte, del lenguaje en que es mencionado y varía de carácter según el lenguaje o la teoría usados”. Debemos recordar que no sólo el observador modifica con su mirada lo observado, sino que también la mirada del observador es modificada por el fenómeno observado.

Para Umberto Eco la producción del hecho-noticia es un problema que ha madurado en los últimos tiempos, y ha cambiado la ideología del periodismo y de la noticia. Nos encontramos ante la producción de mensajes por medio de mensajes. “Con el nacimiento de los grandes circuitos de información, gesto simbólico y transmisión de la noticia se han convertido en hermanos gemelos: la industria de la noticia necesita gestos excepcionales y los publica, y los productores de gestos excepcionales tienen la necesidad de la industria de la noticia para dar sentido a su acción”.

La mente humana no funciona como una máquina de calcular infalible y fría. Responde a impulsos variados: el deber, la devoción, la codicia, los rencores, las pasiones dogmáticas y los caprichos triviales, la vanidad desabrida, retazos de locura y el azar que componen una sinfonía discordante. Los odios y las ambiciones se entrelazan con las virtudes y los ideales, hasta en los mismos actores, han hecho rodar gobiernos como revoluciones, tanto unos como otros. “La objetividad –afirma Becheloni- es un concepto ideal-típico, como tal no existe, pero su presencia es conocible: una tensión permanente hacia la verdad”.

Según Eco la solución transitoria la problemática de la objetividad es “saber construir por la información un continuo discurso crítico sobre la propia modalidad, reflexión sobre las condiciones ficticias y reales de la objetividad, análisis de la noticia en cuanto tal, reconocimiento explícitos de los casos en que la noticia proviene de hechos y en aquellos en que ésta habla de otras noticias” Entonces, como señalan algunos autores “la objetividad, en su versión liberal-burguesa, es un mito, una mentira subjetiva trasvertida y los medios informativos son el lugar donde las sociedades industriales producen nuestra verdad”.


Ernesto Martinchuk es Periodista - Docente - Investigador - Documentalista. (Especial para ARGENPRESS.info)

miércoles, 30 de marzo de 2016

Consideraciones sobre el Periodismo (U. Eco)

En este breve artículo que les pido que impriman para trabajar en clase, Umberto Eco, el escritor y filósofo italiano que falleció el 19 de febrero de 2016, polemiza acerca de un tema que lo apasionó siempre: el rol de los medios de comunicación.

Eco en su casa, poco antes de morir
"La objetividad periodística es un mito” había dicho Umberto Eco a fines de los años 60 y lo ratificó en su escrito ‘Objetividad de la información: el debate teórico y las transformaciones de la sociedad italiana’ que integra el ensayo Información, consenso y disenso de 1979. “Porque un diario hace interpretación no sólo cuando mezcla un comentario con una noticia sino también cuando elige cómo poner en página el artículo, cómo titularlo, cómo acompañarlo de fotografías, cómo conectarlo con otro artículo que habla de otro hecho; y sobre todo un diario hace interpretación cuando decide qué noticias dar.” En ese mismo escrito, Eco afirmaba que “la verdad es que el número de ‘hechos’ es muy reducido. Si mañana nieva es un hecho, si un tren descarrila por accidente es un hecho, si un jefe de Estado muere de un infarto es un hecho (al menos en cuanto que son hechos para la ciencia física). Pero luego hay eventos que tienen en la base un hecho físico indiscutible (los israelíes bombardean Líbano, los estudiantes han organizado una marcha) pero que son claramente producidos para ‘crear una noticia’. Sobre estos hechos la prensa no puede más distraerse en la utopía de la objetividad. Tanto lo sabemos que aun al referirnos a ellos como ‘actos puros’, bastará decir que en la marcha eran diez mil y no veinte mil personas o no aclarar lo suficiente a cuántos kilómetros de la frontera ocurrió el bombardeo para que el hecho mute su carga simbólica. Sobre estos hechos presuntos la prensa debe tener el coraje de declarar que está haciendo algo más para dar una noticia: tomar partido, buscar las motivaciones, ocultarlas o revelarlas, interpretar el valor simbólico de algo producido como acto de comunicación desde el origen.” En La bustina di Minerva ( La bolsita de Minerva ), su columna semanal de las últimas páginas de la revista de actualidad L’Espresso –en una que se llamaba “El lavaje de los lectores” y se publicó el 13 de julio de 1969–, Umberto Eco aseguraba que “el periodista no tiene un deber de objetividad. Tiene un deber de testimonio. Debe dar testimonio de lo que sabe (…) y debe dar testimonio diciendo lo que piensa. (…) El deber del periodista no es convencer al lector de que le está diciendo la verdad sino advertirlo acerca de que lo que le está diciendo es ‘su’ verdad. Pero que hay tantas otras. El diario que respeta al lector debe permitirle el sentido de la alternativa”.

En aquellos años Eco mantuvo una disputa pública con Piero Ottone, por entonces director del periódico Il Corriere della Sera , quien adhería a un periodismo dispuesto a seguir reglas básicas y válidas para todos, como la cita rigurosa de las fuentes y la separación entre noticia y comentario. Mientras para Eco “el diario no es un órgano al servicio del público sino un instrumento de formación del público”, Ottone aseguraba que “el diario puede expresar opiniones y, por lo tanto, contribuir a formar opinión, pero su función prevalente es otra: descubrir los hechos y, una vez que los ha revelado, no esconder nada de aquello que sabe.” “Un diario debería tener el coraje de rehacerse cada día de su propio público como si el día anterior no hubiera hablado de nada. Sin embargo se comporta como una novela en entregas del siglo XIX donde cuando se dice ‘Entró en este momento Milady’ todos saben ya de quién se trata y cómo es considerada” dice Eco en su Guía a la interpretación del lenguaje periodístico , una investigación que se editó comoLa prensa cotidiana en Italia , de Vittorio Capecchi y Marino Livolsi, en 1971.


En otra de sus columnas –publicada por L’Espresso el 14 de diciembre de 2006–, Eco se refería a una medida adoptada por los periodistas que habían decidido no firmar sus artículos por sus reclamos. “Un diario sirve para mechar con opiniones los hechos. Y si se trata de opiniones sobre hechos queremos saber quién emite esa opinión, si es un autor en quien confiamos o uno que sólo tipea y que habitualmente despreciamos. Por eso, un diario que hace huelga eliminando las firmas de sus periodistas se vuelve mudo.”

Revista Ñ, Clarín, 
03/04/15

lunes, 28 de marzo de 2016

La Cenicienta 2.0


Hola chicos, les quiero dejar un video que habla de cómo los Medios de comunicación pueden atravesar una historia. La narrativa transmedia es una especie de relato que se va desarrollando mediante múltiples medios y plataformas de comunicación. 

Si bien apunta específicamente a la publicidad, es sumamente útil y entretenido para ver cómo el famoso cuento de hadas se puede vivir hoy. 
Espero que les guste. Nos vemos mañana


Prof. Arch