viernes, 21 de agosto de 2020

1° año - Metodología del estudio - La lectura (III)

 Hola chicos y chicas, en éste posteo vamos a revisar la velocidad lectora. No es tan importante la velocidad sino la comprensión del texto. A medida que vayan creciendo, irán incrementando la velocidad. Les pido que lean el siguiente apunte y luego les dejo un texto para practicar. Pueden dejar en los Comentarios de abajo, cuánto tiempo les tomó la lectura de "La liebre y el tigre"  

¿Qué es la velocidad lectora?

“La velocidad lectora se refiere a la cantidad de palabras que una persona consigue leer por minuto durante una lectura natural, es decir, en silencio y con la intención de comprender el contenido de un texto.”

Una velocidad de lectura apropiada permite fijaciones oculares amplias: en cada fijación se capta con claridad cuatro o cinco letras y alguna palabra y se deducen las otras palabras y partes de las frases; se trata de que el cerebro reconozca y capte capta palabras aunque no las lean literalmente.

Leer más rápido es leer mejor: leer rápido ayuda en la comprensión lectora: si el cerebro no espera las palabras, pueden interferir otros pensamientos y podemos “perdernos” de modo que, al final de un párrafo no recordamos lo que leímos.

¿A qué velocidad lees?

El lector promedio está entre 200 y 300 palabras por minuto pero es susceptible de mejora con una serie de ejercicios.

Para saber cuál es tu velocidad de lectura promedio, les dejo un breve texto. Pueden cronometrar la lectura y luego de cotar las palabras, ver, cuántas leyeron. 

                                                LA LIEBRE Y EL TIGRE

Qué gran decepción tenía el joven de esta historia, su amargura absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas, al parecer, ya a nadie le importaba nadie. Un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, el cual no podía valerse por sí mismo.     

Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.      

Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: "No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas". Y decidió vivir la experiencia: Se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara.       

Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo el día siguiente, y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzamos a leer esta historia, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, sentía dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono, su corazón estaba devastado; si casi no deseaba levantarse. Entonces allí, en ese instante, lo oyó...      

¡Con qué claridad, qué hermoso!, Una hermosa voz, muy dentro de él le dijo: "si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, para encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre".                                                  
                                                                                                                   Anónimo
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1 comentario:

  1. Hola Guido! Soy Valen Castro y tarde un minuto y medio leyendo el cuento Saludos.

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